miércoles, 30 de marzo de 2011

2º ETAPA GALICIA - FORMIGAL DEL DIARIO DE MIJAIL

  

JUEVES 17 DE MARZO. 11:30 DE LA MAÑANA.



Sólo es nuestro segundo viaje, pero tengo la sensación de que ya hemos aprendido algo. Sabemos que pasar muchas horas metidos en el mismo sitio requiere de cierta organización espaciotemporal. Sabemos que la cerveza provoca demasiadas paradas en áreas de servicio. Sabemos que Robinson es buena gente, pero que no habla demasiado. Y sabemos que para que todo funcione, hay ciertas cosas que es mejor dejarse en casa.



Elijo a la Velvet para iniciar el camino, para romper el hielo y el hipnótico riff de I´m Waiting For The Man nos atrapa en seguida. “Dos días, lo grabaron en dos días” comenta Luís y todos coincidimos en que es así como se deberían hacer las cosas. Luego Femme Fatale y Run, Run, Run y en consecuencia, un videoclip por cada ventana.











Isi no para de hablar por teléfono y Robinson sigue sin hablar.
Hace mucho mejor tiempo que la última vez. En realidad hace un día perfecto. Y aunque somos conscientes de que las experiencias vividas en Barcelona serán difíciles de superar, el enorme sol que brilla fuera nos invita a pensar en nuevas victorias. Es lo bueno del sol. Aunque a veces deslumbre.
El azar ó seguramente el hambre provocan la primera parada. Y es en medio del desierto. Un desierto norteamericano en el km 235 de la A6. Colores tierras y verdes pálido fundiéndose en el horizonte con el profundo azul del cielo. Y las nubes. Excesivamente cinematográfico. Lástima que degustar uno de los peores menús que el ser humano es capaz de soportar nos haga abandonar tan rápidamente la película.
De vuelta a la carretera, Nacho juega con su iPod y con mi capacidad para emocionarme. Inspirado por el paisaje, arrancan un enorme  trozo de California y lo mete a presión en la furgoneta . Suenan Six Organs Of Admittance y en mi cabeza se hace el silencio. Es increíble el poder la música. Supongo que por eso estamos aquí.
Isi habla por teléfono. Robinson calla.
Son demasiados kilómetros y hay tiempo para todo. Bolaño, Tabucchi, Stevie Wonder, dormir, The National, Fleet Foxes, dormir.

A las 7 de la tarde,  la entrada a Pontevedra llena de recuerdos la cabeza de Nacho. El puente Rande, las isla Cíes, las mejilloneras. En casi todos los sitios hay restos de aventuras, de comidas familiares, de saltos en moto. Y de nuevo la música nos hace crecer. Y menguar.
Es fácil llegar al Cotton Club y Carlos, el dueño, nos está esperando en la puerta. Es un tipo agradable y un poco hiperactivo que no para de repetir lo mucho que disfruta con nuestro disco y lo lejos vamos a llegar. Aunque pronto descubriremos que, de momento, hoy no será el día de conseguirlo.
El Cotton es un lugar pequeño pero acogedor, con un escenario en forma de cubo que sólo nos proporciona una salida, hacia delante. Montamos el equipo de la forma más coherente que podemos y ya casi como un rito, caen las primeras cervezas.
Mientras, entrevista  con  la televisión de Galicia. Mismas preguntas, mismas respuestas.
La prueba es más sencilla de lo que esperaba, en gran parte y como siempre, gracias a Isi. Tocamos La Isla De Robinson (a petición del mismo), De Blanco e Instantes Animales. Todo listo. A cenar.
Un extraño personaje de supuesta ascendencia francesa y un paisano llamado Popi se erigen motu proprio guías de la banda  y nos conducen por las calles del centro de Pontevedra hasta un bar llamado Pitillo. Comer bien es una de las mejores cosas de estar de gira. Y de la vida. Pulpo, tortillas, calamares, cerveza, llega Robinson, más cerveza.



A las 23:30 volvemos al Cotton Club, todavía con Popi y con un estado de euforia que en algunos podría llegar a ser preocupante. Nadie en la sala. Poco esperanzador.
Nos escondemos en uno de los camerinos más extraños y decadentes que te puedas encontrar e intentamos mantener el espíritu vivo utilizando unas pelucas de carnaval que rescatamos de un viejo armario. Durante un buen rato todo son risas. Fotos y risas. En la pared hay un letrero que dice “ Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada” Luciano Pavarotti y a Nico le cautiva la frase. Fotos. Y risas.









          

A las 00:30 salimos al escenario y el panorama no ha mejorado demasiado. Diez, puede que quince personas y algunas de ellas bastante perjudicadas. Tal vez San Patricio, tal vez que es jueves. El caso es que decidimos empezar y lo damos todo, en algunos momentos demasiado y eso parece incitar al gran Popi a formar parte del espectáculo en más de una ocasión. Entonces Isi amplia su campo de acción y se torna jefe de seguridad. Y la banda fuera de si. Al menos conseguimos terminar el bolo sin perder espectadores. Son las 02:00.
Lo mejor, una pareja de Vigo que confiesa haber venido exclusivamente a vernos. Impresionante. Eternamente agradecidos.
Recogemos y se separan los caminos. Nacho y yo nos retiramos al hotel. El resto se pierden.

VIERNES 18 DE MARZO. 10 DE LA MAÑANA.



Dormir poco siempre pasa factura y el viaje hacia Coruña es más bien silencioso. Ni siquiera recuerdo música. Puede que los motivos sean diferentes, pero el caso es que nadie ha podido descansar  y las caras de pocos amigos toman la furgoneta. Parece que el día está un poco gris.
A la 13:00 entramos en la ciudad. La torre de Hércules, la plaza de Lugo y un NH de ensueño, con sillones de ensueño y camas de ensueño. Algunos se tiran de cabeza. Isi habla por teléfono.
Luego, algo de promo por las radios y a buscar un buen caldo que llevarse a la boca ó mejor dicho, a las gargantas, que a estas alturas parecen estar bastante tocadas. Algo que resucite el cuerpo y la mente de este letargo matutino del que no logramos salir. En A Dorna conseguimos el caldo pero no la resurrección, así que nos acercamos al mar. Terapia de olas. Luís no puede parar de crear y realiza su foto un millón. Y todas son buenas. El resto en silencio.




















A las 17:00 ya estamos en la puerta del Fnac. Esperando. Con ganas de empezar. O de acabar.
Marcos es el técnico del fórum, un chaval encantador que enseguida conecta con el grupo y nos hace sentir muy a gusto. Es genial encontrar gente así.
Llega Robinson, descargamos, montamos y hacemos la prueba de sonido más corta hasta  la fecha. Dos temas. Que todo suene bien y que haya tan sido rápido nos anima y de momento, vuelve la calma.
Cuando empieza el concierto ya hay algunas personas esperando. Y hay niños. Los niños hacen que las canciones merezcan más la pena. Y creo que a los niños les gusta Cosmonauta.
Improvisamos el set sobre la marcha y funciona bastante bien. Nacho, por desgracia, ha perdido la voz en el camino y Luis se queda al mando de los coros, con la inestimable ayuda de la sección rítmica de la banda, que hace lo que puede y más. Sobresaliente.
Nos toca firmar algún disco y recibir alguna buena crítica y eso, cuando estás lejos de casa, motiva mucho. Además conocemos a Cosmonauta Mckinki. Un buen tipo que, debido a la conexión cósmica de nuestros nombres, nos había conocido por facebook. Grande.
Vuelven las cervezas y vuelven las risas.
Luego cargamos la furgo, nos despedimos de Marcos y decidimos celebrar el evento. Nos espera un largo viaje nocturno por delante y es mejor enfrentarse a él con el estomago lleno.




Es viernes y las calles están mucho más animadas que ayer. Y es más difícil encontrar un sitio donde meterse. Pero Isi maneja los datos (entre otras muchas cosas) y terminamos en la tasca perfecta. Increíble la cena e increíble el albariño.
Ahora si estamos preparados. Para cualquier cosa. Aunque sean 800 kilómetros.
A las 00:00 vaciamos el NH y llenamos la furgoneta. On the road again.
Todavía queda muy lejos Formigal y Eva Planas y hay que encontrar la manera de acercarlos. La primera parte del viaje se convierte en una especie de psicoanálisis grupal que saca lo mejor de cada uno. Escuchamos de boca de los otros opiniones sobre uno mismo y recordamos algunos grandes momentos de estos dos años. Hasta Isi deja de hablar por teléfono. Creo que nos vino bien. Lo disfrutamos mucho. Y David más.
Luego Kill Bill 1 y antes de que llegue el Hombre de Okinawa todos duermen. Todos menos yo que decido compartir con el gran Robinson unos kilómetros más.
Y entonces Robinson habla. Y cuenta. Y seguro habrá que hacer una Isla de Robinson II. Desde luego lo merece.

SÁBADO 19 DE MARZO.








A medida que nos acercamos a Formigal vamos escapando de nuestras contorsionadas posiciones y recuperando la horizontalidad. Poco a poco. Sin prisa. A mi me cuesta horrores.
El sol entra por las ventanas y el paisaje se vuelve espectacular. 



Isi amplia de nuevo su campo de acción y conduce un rato. Robinson feliz.
Puede parecer absurdo, pero tengo la sensación de estar cerca de casa. Supongo que porque es el último bolo y pronto estaremos de vuelta. O quizás porque Eva siempre nos hace sentir así.
Me gusta el hotel. Es tranquilo y silencioso y eso, a estas alturas, es una magnífica señal.

chicos...
...hay que irse.

Esta vez comparto habitación con Nico. Eso no asegura para nada que vaya a descansar, pero al menos sé que lo pasaré bien. Nico es un grande.
Por raro que parezca, él decide dormir y yo buscar al resto de lo banda.
Nacho ha descubierto un pequeño spa en el hotel de al lado. Todos andamos jodidos de pasta, pero es difícil negarse a un poco de paz. Jacuzzi, sauna, piscina, una combinación un tanto peligrosa dado nuestro estado, pero sumamente eficaz. De repente todo tiene más sentido. Entre burbujas se ven las cosas más claras. Hablamos y reímos. Relax absoluto. Sin duda, una gran idea.


En realidad, estamos bastante lejos de la estación y llegar hasta la carpa nos lleva un rato. Pero el paisaje sigue siendo increíble. La nieve, el lago, las casas y But Not For Me de Chet Baker sonando. Dan ganas de venirse a vivir aquí. Lo malo es el frío. Polar.
Al abrirse las puertas de la furgoneta lo primero que vemos es a Eva. Nos abraza y nos llena de luz. Como siempre.


Y como siempre, paso un buen rato sin separarme de ella. Creo que no nos separamos ninguno.
Decidimos comer. Comer bien. Buena carne y buen vino. Y algo de sopa para intentar, de nuevo, reanimar nuestras gargantas. Pero a Nacho su garganta le ha ganado la batalla. Mierda.


El escenario es mucho más grande de lo que estamos acostumbrados y hay mucha más gente alrededor. Pero tener a Isi y a Eva cerca me hace sentir seguro.
Hace muchísimo frío.
Nico decide hacer coros para intentar compensar la ausencia de Nacho. Sé que no es fácil para el, pero Nico es un grande. Mucho más de lo que él se piensa.
La actuación se retrasa un par de horas así que, aunque no queríamos, acabamos bebiendo cervezas otra vez.
Y David se enamora de una azafata. Siempre me regala buenas historias con las que hacer canciones.
Son las 19:30 y salimos a tocar. No hay casi nadie, pero salimos a tocar. Y lo hacemos bien. Todo lo bien que nos permite el cuerpo y el frío. Isi grita desde abajo “ si tenéis frío, sólo vosotros podéis entrar en calor”. Creo que quiere que baile. David me acompaña en el centro de la pista y Nico canta. Nacho me sonríe y efectivamente, el frío desaparece. Supongo que nunca sabré a ciencia cierta lo que la gente siente cuando nos ve, pero yo soy feliz aquí arriba. Con estos.
Llegan los Tiki Phantoms y los hermanos se retiran al hotel. El resto nos quedamos con Eva. Y con el frío.
Luego Dorian, Nico y su surrealismo, los abrazos con el Isi, los abrazos con Eva, una genial conversación con Luís, la furgoneta.
Ya no recuerdo más.





Texto: Mijail
Imágenes: Pernalonga

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